Metamorfosis
Publicado el 18 junio, 2017 / Juan J. Pérez Valle
Con días más largos y la llegada del buen tiempo, Ribadesella se transforma. Mientras casi toda España se asfixia de calor, el clima suave que nos ha regalado la Naturaleza hace que la llegada de turistas se anticipe, coadyuvando de este modo a la ampliación de la temporada estival. Establecimientos que estuvieron cerrados durante meses abren sus puertas y los avisos de “Se necesita personal” asoman tras los cristales, las terrazas se llenan de «vidilla», se hacen muy visibles las empresas de turismo activo y hasta resulta difícil no tropezarse con alguno de los grupos formados al reclamo de las visitas guiadas. Afluye la gente a las playas, en el puerto deportivo los veleros en tránsito se hacen con los otrora amarres vacíos, los peregrinos que recorren el Camino de Santiago se dejan ver cada vez más, y hasta las caras que pasan junto a nosotros dejan de ser familiares ¡Ah! y las fiestas, con sus notas de color, sabor y sonido.
Con días más largos y la llegada del buen tiempo, Ribadesella se transforma. Mientras casi toda España se asfixia de calor, el clima suave que nos ha regalado la Naturaleza hace que la llegada de turistas se anticipe, coadyuvando de este modo a la ampliación de la temporada estival. Establecimientos que estuvieron cerrados durante meses abren sus puertas y los avisos de “Se necesita personal” asoman tras los cristales, las terrazas se llenan de «vidilla», se hacen muy visibles las empresas de turismo activo y hasta resulta difícil no tropezarse con alguno de los grupos formados al reclamo de las visitas guiadas. Afluye la gente a las playas, en el puerto deportivo los veleros en tránsito se hacen con los otrora amarres vacíos, los peregrinos que recorren el Camino de Santiago se dejan ver cada vez más, y hasta las caras que pasan junto a nosotros dejan de ser familiares ¡Ah! y las fiestas, con sus notas de color, sabor y sonido.